viernes, 28 de septiembre de 2012

Sencilla recopilación


En un reciente encuentro de trabajo, uno de mis interlocutores me preguntaba por un poco de mi historia como profesional del desarrollo del potencial de las personas. Si bien no nos debe generar reparo cuando lo hacemos con humildad, hablar de uno mismo, siempre es difícil. Justo después se me ocurrió hacer un pequeño compendio de algunas de las entrevistas, artículos, vídeos y menciones que me han hecho en este tiempo. 

Así pues, después de bucear un poco por internet, comparto contigo algo de lo que ha encontrado de sí mismo este que escribe. Confío que esto que te ofrezco con llaneza y humildad te simplifique la labor de conocerme si eso era lo que deseabas. Mi intención es sólo facilitarte el trabajo de búsqueda y que aproveches tu tiempo al máximo. 

Vídeos:
- En el Centro de Innovación del BBVA, una entrevista realizada el 25 de septiembre de 2012, antes da dar comienzo a una Conferencia-Didáctica sobre los Valores Universales y el Amor en los profesionales de empresa.

- Extracto de la conferencia "Modelo de Confianza", ofrecida el 14 de diciembre de 2011, en ICADE Business School, junto a Pilar Fernandez Zanca. 

- Breve montaje con algunos cortes de un taller que ofrecí en marzo de 2010 en el Centro del Cantizal, perteneciente al Ayuntamiento de Las Rozas. En este corto abordo los modelos mentales y los sistemas de creencias.

- Este vídeo recoge una Jornada de Abrazos, una actividad resultante de uno de los talleres que realizo. La llevamos a cabo el 28 de junio de 2008. ¡La experiencia fue impresionante! En esta reseña, explican algunos detalles de aquella jornada y qué sucedió hasta que tomó cuerpo. 

Entrevistas:
- En Liderazgo y Empresa, publicada el 27 de agosto de 2012, hablo de la importancia del AMOR y los VALORES UNIVERSALES en el mundo de la empresa.

- En el Blog de Marta Ortega, publicada el 24 de mayo de 2010, hablo de la necesidad de llevar el coaching a todas las capas de la sociedad, aunque se trata de una entrevista más sobre mi persona.

- En Un Mundo Por Descubrir, publicada el 27 de marzo de 2009, hablo de los grandes beneficios que aporta el coaching en periodos de adversidad.

Artículos Publicados On-Line:
- El Diario Digital de León publica Los Valores Perdidos, un artículo que había sido publicado previamente por CanalCEO en noviembre de 2012. La acogida del artículo es muy buena. 

- CanalCEO me invitó a escribir sobre el Pensamiento Positivo y publicó el post en su web en junio de 2012. Posteriormente, publicaron un nuevo texto sobre Las Cinco Pautas del Pensamiento Positivo; esto fue en julio.

- En KnowSquare (Libro Abierto de la Actitud), publicado el 22 de marzo de 2012, escribo partiendo de una pregunta: "¿Cabe el amor en las empresas?" y también el 5 de junio de 2012, como continuación al anterior escribo: "¡Sí, la virtuosa actitud del AMOR cabe en las empresas!"


- Reseña publicada por el IE Business School en relación a una conferencia que ofrecí sobre El Arte de Pensar en Positivo, el 21 de enero de 2011.

- En Revista Ideas - IE (IE Business School), nº 114, me publican un breve escrito sobre el tema "El Arte de Pensar en Positivo"

- En el Periódico Liberal comento una aleccionadora anécdota que viví el 11 de junio de 2010. El artículo lo publicaron el 23 de julio de 2010.

- La web del MDI - Master de Dirección Inmobiliaria de la E.T.S. Arquitectura, me publicó un artículo el 10 de abril de 2010 en el que explico Qué es Coaching

- En el Periódico Liberal hablo de Coahcing Sin Fronteras. Es un artículo publicado el 1 de junio de 2010.

Menciones:
- En su Blog "tu.deinflexión", José Luis Sordo escribe el 28 de septiembre de 2012 un post titulado El Valor de las Personas por Encima de Todo. Con generosidad me menciona como inspirador de su escrito. ¡Gracias José Luis!.

- Francisco Alcaide, en su Blog personal, publica el 25 de junio de 2012 un post en el que hace mención a un comentario que hice a otro post suyo. Con el título Nunca Hagas un Negocio con una Persona Mala, Francisco escribe de nuevo e incorpora mi comentario. ¡Gracias, por incluirme en tu post; todo un privilegio!

- El Club Comillas de Postgrado (ICADE-ICAI), dentro de su apartado Actividades, publica una reseña de la clase magistral que sobre Coraje Frente a la Adversidad tuve la oportunidad de ofrecer el 10 de abril de 2012.

...y esto es todo por el momento.

A todos los que habéis dedicado un tiempo a visitar mi blog, muchas gracias por vuestro interés. Confío que hayáis encontrado lo que buscabais.

Un abrazo lleno de afecto.
B.

viernes, 17 de agosto de 2012

Me lo digo a mi mismo...


Quiero compartir con vosotros este texto que escribí en agosto de 2009, un año  que supuso un punto de inflexión en mi vida pues en él hice el Camino de Santiago. Era mi discurso interior.

Dice así:
Aún queda mucho por hacer, mucho por recorrer, mucho por suceder, mucho por aprender. Sé perseverante. Aunque a veces tengas dudas, mereces cosas buenas, claro que sí, …claro que las mereces, y van de camino hacia ti.

Deja de esperar, ponte en acción, continua en el perseverar, ponte en frecuencia de recibir, todo te llegará, esa es la manera de pulverizar tu ansiedad. Eres un ser único e irrepetible y eso te hace excepcional, eres un ser genial; sólo por ello, mereces lo mejor.

Cuando el cansancio te invada, considéralo normal, detente y tómate un respiro, tan largo como precises y tan breve como convenga.

¿Tienes tu objetivo claro?, entonces pon tu energía en él y esfuérzate en vivir el presente absoluto, donde todo sucede siempre por primera vez y los miedos desaparecen porque está permitido equivocarse.

Y continua dándote aquello que te genera bien-estar para estar bien por duplicado; por un lado porque te proporciona una sensación de serenidad duradera en el tiempo, por otro porque podrás compartir esa sensación con los demás, y eso te hace grande, te convierte en doblemente generoso, para ti y para los otros.

Ten siempre una sonrisa dispuesta para reglar, por difícil que pueda ser el momento que atraviesas, siempre hay quien está peor y merece tu sonrisa, le animarás; y si encuentras alguien que está mejor que tú, regálale la misma sonrisa, que vea que estás feliz en el presente; recuerda, estás aprendiendo, dale la oportunidad que aprenda también de ti.

Deja de compararte y deja de juzgarte. ¿Para qué lo haces?, sé consciente de lo mucho que te frenas si piensas así. Tu llevas tu propio ritmo, ni es mejor ni peor, ni es rápido ni lento, …es simplemente tu ritmo.

Si te queda algún RE-sentimiento, deja de volver-a-sentir aquello que tanto de dolió. Cuando te liberes de esa repetición emocional empezarás a notar la liviandad del fluir.

Sé original, vuelve a los orígenes. Tu alegría es motivo de alegría, tu tristeza es motivo de tristeza …¿qué quieres que se lleven de ti?, ¿qué huella quieres dejar en todos los que te rodean? …entonces sé consecuente con tus actos y recuerda que la felicidad es el estado natural del ser humano, ¡contágiala!

¿Y tu autoestima?, ¿y la de los demás?. Pregúntate cómo y quién sería esa persona con la que te cruzas si le faltase la adulación que recibe de los demás y que en ocasiones también busca para justificar su autoconfianza, …y pregúntaselo también a tu propia persona, a ver qué respuesta te das.

Fomenta tu propia lealtad, dite más a menudo; cultiva tu auto respeto y se responsable de tus actos. Dejarás de temer la derrota cuando dejes de querer la victoria.

Haz las cosas con nobleza y con intención limpia dando lo mejor de ti, es la mejor manera de que salgan y que además salgan bien, y si se atascan es que tenía que ser así, agradécelo.

Cuando tengas una satisfacción, compártela y será el doble; cuando tengas una pena, copártela y será la mitad …y en el camino crea espacio para que los demás puedan crecer en buena compañía, la que ofreces.

Sé exquisito con tus palabras ya que con ellas puedes hacer mucho daño o mucho bien; deja de tomarte las cosas personalmente o ¿es que eres más importante que el resto de los mortales?; evita juzgar gratuitamente, indaga antes, y evitarás que te juzguen, y haz siempre el máximo que esté dentro de tus capacidades.

Cuando dejes de crecer, habrás muerto. Mientras tanto, aprende, vive a tope el presente, comprométete con un propósito de vida y trasciende desde la bondad de tus acciones. Acuérdate de continuar descubriéndote para saber quién es el ser que eres; haz todo esto día a día: descubrirás la felicidad.

Agosto de 2009.
Un abrazo.


P.S: Confío que nos inspire a todos de cara al esfuerzo que nos queda de aquí en adelante. 

viernes, 10 de agosto de 2012

¿Verdad o Mentira?, …tu decides.


Es ese arma de doble filo que convertida en palabra, la manejamos a veces con cuidado por temor a hacer algún corte imprudente y que preferimos usen con nosotros tal cual aunque ello nos exponga a una temida yaga en el alma, en el orgullo o en la vanidad, una punzada en un latido, un puño apretando en la yugular. Cualquier cosa menos sentirnos engañados… pues la confiabilidad se resquebraja y luego cuesta mucho volverla a arreglar.

Y es en los momentos difíciles cuando más apreciamos que la empleen con nosotros, para saber a qué atenernos, y es también en esos momentos en los que más miedo nos da utilizarla, por lo que podamos destapar o daño causar. Si la empleamos sin tacto y sentido de la oportunidad genera daño y si la empleas como un látigo generará más dificultad, y lo curioso es que sabemos que todos la queremos y todos sabemos lo que nos cuesta llevarla por bandera, tanto para recibirla como para ofrecerla. La verdad tiene esa virtud, se hace tan pesada y tan poderosa que de igual manera se hace liviana y luminosa.

El que vive con la verdad en su boca, bien pronunciada y vocalizada, moderada y oportuna, se convierte en una persona libre y querida, sin ataduras, y de conciencia tranquila, y mente despejada; aquel que la amordaza y vive reprimiéndola o dejándola desbocada, valiéndose de la mentira, sufre de vivir en la huida, en el ejercicio permanente de una memoria titánica para encajar las piezas y escenas teatrales que luego, acto por acto, deberán dar sentido a lo dicho, a lo ocultado, a lo tergiversado. Desde el miedo a herir, miedo a dejar al aire nuestras miserias, miedo a descubrir nuestras debilidades, desde la lealtad a la cobardía, en ocasiones la llevamos como amiga.

Con pasos sencillos, la verdad siempre es bien recibida cuando llega de buena fe y es dicha con sana intención, es esta cualidad la que le permite abrirse paso allá donde vaya con respeto y comprensión, sin embargo la mentira, con largas zancadas, saca aparente ventaja hasta que en un tropiezo, descuido o imprevisto delator cae al suelo y deja en evidencia la parte más débil de las personas, señalándolas culpables con su falta de vergüenza y de lealtad, un bochorno que sólo conduce a una nueva huida, la de uno mismo, hacia la soledad.

La verdad es pesada de entregar y ligera de llevar, permite entrar en contacto con la realidad y siempre nos coloca en el presente, tal vez más de lo que somos capaces de asumir pero en cualquier caso nos ayuda a situarnos, a ubicarnos, a tomar referencias de movimiento en la vida, nos ayuda a encarar nuestras decisiones, nos facilita el crecimiento y el desarrollo de nuestra persona, de nuestro caminar. Tanto en el trabajo, como con los amigos y la familia, la verdad bien dicha y vocalizada, en el momento oportuno y con la intención modulada, aproxima y facilita las relaciones para compartir buenos sentimientos; la mentira, prima hermana de la verdad-látigo, empleadas como herramientas de hostigamiento alientan las distancias, los odios y los rencores, nos meten en el resentimiento.

Con la mentira cerramos puertas en nuestro interior, encontramos recovecos llenos de zarzas que nos muestran la crudeza de la propia soledad; desde la verdad entramos en un estado de valentía serena que nos permite encarar con franqueza y decisión los retos que nos encontremos en el camino, oportunidades de forjar nuestro destino.

Incluso nuestra expresión facial varía al decir la verdad, y varía más aún al mentir, …y eso lo percibimos inmediatamente, desde nuestro instinto, desde la emoción, desde el centro de lo corporal desde el corazón… la verdad se transmite y se ofrece con serenidad, en cuerpo, mente y voz… la falta de verdad resquebraja todo, incluso la conversación, la confianza y la comprensión.

La verdad tiene la mirada limpia y sencilla, siempre al frente, penetrante y transparente, cálida y acogedora, siempre con perspectiva de futuro.

Ten valor, ve siempre con ella a tu lado, ¡Di siempre la verdad!

Un abrazo lleno de afecto... ¡De verdad!

domingo, 5 de agosto de 2012

¡SÍ, la virtuosa actitud del AMOR cabe en las empresas!


Después de escribir el artículo “El AMOR es necesario en las empresas”, en el que invitaba a la reflexión sobre si el AMOR -entendido como una brillante actitud que, bien desarrollada y ofrecida a los demás, allana el camino de la gestión de personas- tiene un espacio dentro del ámbito profesional, solicité opiniones y puntos de vista al respecto, con la intención de escribir un segundo artículo. Me han llegado numerosas opiniones que ahora comparto en parte y que describen una realidad que afecta de lleno a las personas que integramos lo que llamamos “empresas”.

Debemos partir de la obviedad de que las personas somos los que damos vida a las organizaciones. Con este punto de partida, el AMOR sólo entrará en las empresas cuando nos atrevamos a comportarnos hacia nuestros compañeros y en nuestro quehacer diario con la más noble de las actitudes, “cuando -como dice mi colega coach Alejandro de la Vega- entendamos el AMOR como un comportamiento o una virtud y no una emoción o sentimiento”. Es decir, cuando todos nos procuremos mutuamente espacios de seguridad emocional para que unos sean quienes son y otros seamos quiénes somos, siempre con los valores como espina dorsal, un recto respeto hacia el otro y la honestidad profunda de intenciones en nuestros actos, algo que requiere, además de la capacidad de comprensión y de la capacidad de perdón –a nuestros compañeros y a nosotros mismos-, de una sana humildad alejada de egos.

Me llama la atención que de las muchas personas que generosamente me han brindado su opinión, unos han solicitado absoluta discreción con sus opiniones (aportando ideas y reflexiones) y otros que les mantenga en el anonimato. Lo primero lo interpreto como un temor a ser identificados o señalados por sus contextos profesionales y otros como una manera de decidir con quién comparten un enfoque tan íntimo.

B.M.V., Dtor. de Marketing del sector Banca, Madrid, dice: “Mi reacción inmediata cuando he leído el título (¿Cabe el amor en las empresas?) ha sido: “¡POR SUPUESTO QUE SÍ! Desde mi experiencia personal, decirte que yo intento aplicar el AMOR en mi equipo, fomentando el desarrollo personal y profesional de las personas que lo forman. Asimismo, intento evitar los “yoismos” y egoísmos y crear un pequeño oasis de comprensión, generosidad y respeto dentro de un mundo muy competitivo y agresivo.” Posteriormente, y en persona, me dice: “mi equipo está encantado con mi manera de llevarlos”.

I.R.R., Responsable de Talento de una multinacional histórica de Gran Consumo, Madrid, dice: “El artículo habla por sí sólo, yo no puedo estar más de acuerdo con la forma y con el fondo… La situación que estamos viviendo hoy, es mucho más que una crisis financiera o económica (…) y creo que hay muchas cosas que tienen que cambiar –en cada uno de nosotros- para que ésta sea en el futuro una sociedad más libre, más justa y más solidaria… Creo en la frase de Gandhi “sé el cambio que quieres ver en el mundo” (…). En la sociedad actual, suma más lo que tienes que lo que eres, olvidándonos de que lo verdaderamente importante, nuestro más valioso activo, es quiénes somos”.

Marisa Delgado, Gerente Comercial en una empresa de Servicios de Marketing y Fidelización, Madrid, dice: Un SÍ rotundo al artículo (…). No sólo cabe el AMOR en las empresas, sino que es necesario alimentarlo día a día para eliminar los individualismos, la competitividad y los miedos, y por tanto, podamos dar lo mejor de nosotros sin temor a ser "atacados". (…) Está claro que, para que se convierta en una realidad, todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, ocupemos la posición que ocupemos. En muchas empresas desgraciadamente se pierde mucho tiempo en atacar, defenderse y hacer la pelota al jefe en lugar de fomentar un espacio de crecimiento donde admiremos -y no envidiemos- las cualidades de nuestros compañeros, donde seamos capaces de disfrutar trabajando en equipo, y donde puedan florecer sin barreras ni temores la creatividad, la productividad y el talento (…) entornos de trabajo con un excelente clima laboral, (…) eso les hace ser mucho más eficientes en su trabajo: los mejores.”
 
Es evidente que, si bien nos creemos conscientes de la necesidad que tenemos de AMOR, es con nuestros hábitos y comportamientos carentes de amor como más en contra de nosotros mismos vamos, nosotros los que conformamos las empresas; nosotros, que a la vez somos lectores, directores, jefes, profesionales, padres, madres, amigos y hermanos. En definitiva, que de personas como tú y como yo depende que el cambio que tanto “exigimos” dentro del mundo de la empresa, se produzca. Aunque claro está, para que se produzca de verdad, primero deberemos producirlo dentro de nosotros, ¿no crees?

Cuando un contexto –creado por todos, jefes y compañeros- “reprime” un comportamiento tan virtuoso y  tan esencial para el desarrollo humano, cuando su manifestación de forma responsable y sensata hacia compañeros se hace inviable, nos encontramos ante escenarios nocivos para las personas, hábitats en los que cada vez nos cuesta más dar lo mejor de nosotros mismos, llegando incluso al extremo de que nuestra salud entra en riesgo.

R.S. vinculada a una empresa familiar de Levante, va más allá: (…) ¿Que podemos hacer? Me refiero a compañías enfermas justamente por este motivo, por carecer absolutamente de amor; la causa no es otra que la ausencia de amor en la dirección, adicción a la empresa por la empresa, indiferencia absoluta hacia el estado de las personas que la forman.  (…) Hoy, a mis 39 años estoy fuera del día a día de la empresa (…) gracias a mi Coach y a un infarto (…).

Miguel Angel Selles, que trabaja en una multinacional como coach interno y también lo es externo, dice: “Sobretodo los compañeros se pisan para ascender, y cuando uno asciende los demás no se lo perdonan. Lo machacan, lo critican. No aceptan el éxito ajeno, ya no caes bien. Por no hablar de los grupos que se forman según las "clases sociales" de la empresa. Fulanito y menganito van juntos porque comparten el mismo aislamiento, o éxito, etc… dentro de la empresa”.

J.M. Director de RRHH de una importante Multinacional de consultoría TIC me envió un escueto y elocuente:Te hace reflexionar y plantearte muchas cosas.”

Ante estas respuestas, que son sólo un botón de muestra, nos damos cuenta que al verdadero impulsor del desarrollo del talento -el AMOR- aún le falta sitio entre los profesionales que hacen o hacemos que las empresas existan.

Una ensalada de miedos, egos, afán de poder, complejos, envidias e inseguridades nos llevan a obviar este tema o a esquivarlo con una media sonrisa, incurriendo en una irresponsabilidad extrema generadora de un enorme e inasumible “coste de no calidad profesional” que repercute en el rendimiento, motivación y, en definitiva, en la salud de los que somos empleados y/o empleadores y que trabajamos día a día por alcanzar unos objetivos. Ni que decir tiene que todo esto acaba impactando en la cuenta de resultados de una forma u otra tarde o temprano.

Lo realmente grave de esto es que, en la inmensa mayoría de los casos, nos llevamos a casa, debajo de la piel, desconfianza, temores, envidias, deseo de fracaso hacia nuestros compañeros y revanchismo, sin dejar de lado el abatimiento emocional y el desgaste físico asociado. Algo que tiene toda lógica si tenemos en cuenta que cualquier hábito se incorpora a base de repetir comportamientos. Si repetimos comportamientos tan devastadores, desarrollaremos hábitos devastadores que iremos proyectando en todas las esferas de nuestras vidas.
Cuando caemos en una falta de amor en el trato que nos dispensamos unos a otros en el día a día profesional, nos dividimos en dos y dividimos en dos al otro: los seres que somos verdaderamente y los seres-sucedáneo en que nos convertimos al ser despojados del amor, para “malvivir” –ni siquiera sobrevivir- en un contexto hostilizado por las actitudes frías, falsas o con “cara de poker” de unos y otros.

Nos rompemos por dentro en la convivencia, tiene impacto en la educación que les damos a nuestros hijos y en la convivencia doméstica, pues nos convertimos en ejemplo de malos hábitos, nos hiere en la esencia de nuestra persona, nos denigra como seres humanos y nos hace más difícil el día a día.

Otro elemento a tener en cuenta es lo que dice I.R.R. quien señala que “hay más interpretaciones del término, con lo que utilizarlo tal cual, por mucho que hagas referencia a la definición –de Jorge Bucay-, puede crear confusión y una barrera de entrada”. Lo acertado de este apunte es significativo. Si hablamos de “Amor en la Empresa” puede llegar a ser interpretado en el sentido frívolo de las infidelidades o de la rosácea vida del ligoteo entre compañeros dentro de las organizaciones –tremendamente dañina, por cierto-. Simplificar y reducir a “gominola” una virtud tan bella, pone de verdad en entredicho nuestras escalas de valores como profesionales-persona.

Sin embargo, la pregunta que me asalta es la siguiente: ¿Cuántos profesionales-persona como tú y como yo viven en un autoengaño y adormecimiento tal que prefieren quedarse en la superficie de la palabra AMOR en vez de adentrarse en las profundidades de tan magnífico y virtuoso comportamiento-actitud hacia otros?

En mi labor como coach y durante las sesiones que llevo a cabo con mis clientes, me encuentro de forma recurrente con miedos bloqueantes, faltas de autoestima, faltas de autoconfianza, inseguridad y complejos, y sensación interna de que “nada me llena en el trabajo”. Una gran mayoría son esclavos del “qué dirán” y de un sinfín de angustias asociadas al ego que podríamos resumir en una fuerte necesidad de afecto y de ser comprendidos en su imperfección para poder crecer y desarrollarse, y otros ni se atreven a hablar de ello por no ponerse en evidencia ya que, aunque lo están pidiendo a voces, se lo niegan a sí mismos porque queda fuera de las “reglas del juego” de lo “políticamente correcto”.

Sara Sánchez, trabaja en una firma de consultoría y head hunting, y sostiene que “el tema tratado es bastante complejo pues, efectivamente falta mucho AMOR en las empresas, y así vamos… cada vez, y no solo en el ámbito laboral, las personas somos más independientes y más cerrados al resto, hacia los que nos rodean…”

Por otro lado, Miguel Angel añade que “Debe existir el amor en las empresas. También se ha de decir que hay rayos de luz en las empresas. (…) existen personas que te apoyan en los momentos más delicados, que te respetan y tienen palabras de ánimo cuando tienes un día malo. (…) deberíamos trabajar juntos (…) por encima de egos, personalidades, etc… ya que solo así conseguiremos la excelencia y el crecimiento de la empresa, visionando nuevos escenarios que lleven al éxito a nuestras organizaciones”.

I.R.R. añade un poco más adelante, “Mi experiencia es que SÍ HAY Amor en las empresas, no en cada rincón, ni en cada esquina, sino en algunas, a veces muchas, personas que forman la empresa. (…) Me he encontrado casi de todo, pero sobretodo me he encontrado buena gente, buenos compañeros, y buenos jefes. Quizás he sido una afortunada, o me quedo con ver “la botella medio llena”, pero hay mucha gente que nos muestra y comparte lo mejor de ellos mismos cada día. También habrá otros entornos y personas que no lo hagan… las empresas son una representación de la sociedad, y en ésta, también hay de todo, como en botica.”  Y continua: “Yo creo que lo bueno se contagia, y hay que dar lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio. Si nos enfocamos en qué podemos hacer nosotros para hacer del trabajo, de nuestra casa y de lo que nos rodea, un lugar mejor para vivir, disfrutar, y trabajar, ya estaremos haciendo bastante. Lo más importante es pensar: ¿qué puedo hacer yo? (…) cuando cada uno –de nosotros- nos hagamos responsables de lo que está en nuestras manos para hacer del entorno de trabajo, y de este mundo, un lugar mejor para trabajar y vivir”, será cuando todo empiece a mejorar de verdad.

Juan Pablo II decía que “el AMOR es la búsqueda de la felicidad del otro”. ¿Te imaginas que las personas que conforman tu empresa –incluido/a tu- hicierais lo posible para haceros el día a día más fácil?, ¿te imaginas junto a tus compañeros ayudándoos unos a otros a ser más positivos en vuestro desempeño profesional y a lograr más aprendizajes unos de otros?, ¿te imaginas a ti mismo velando por el bienestar emocional de tus compañeros y ellos velando por el tuyo?, ¿te imaginas a tu jefe ayudándote a mejorar para que el equipo del que formas parte disfrute y se beneficie de tus de capacidades y con ello de tu mejor versión?, ¿te imaginas a ti mismo ayudando a tu jefe a mejorar en algo que le cuesta y que va a repercutir en vuestro bienestar como equipo pues así estaréis mejor liderados?, ¿te imaginas a todos agradeciendo con sinceridad el esfuerzo de unos y otros en procuraros mutuamente un contexto más amigable para aprender mas y trabajar mejor aún en contextos de adversidad como el actual?, ¿te imaginas que llevas ese estilo de comportamiento profesional y esa sensación a tu casa y la compartes con los tuyos, con los que más quieres y más te quieren?, ¿te imaginas su cara de sorpresa y orgullo al saber que formas parte de una empresa que la formáis personas con corazón y capacidad de AMAR, una empresa en la que os cuidáis unos a otros, os ayudáis a crecer y a desarrollaros en beneficio recíproco?

Imagina por un momento que sólo en las evaluaciones del desempeño por las que hemos pasado en más de una ocasión, o las que vamos a realizar a nuestros equipos en el futuro, introducimos cinco simples preguntas “innovadoras”. Imagina que estas preguntas las contestamos desde la humilde honestidad individual y cara a cara con nuestros compañeros y el resto de los miembros del departamento o equipo del que formamos parte para obtener feedback para la mejora.

-       ¿Cuánta actitud de bien has generado hacia tus compañeros / clientes / proveedores?
-       ¿Cuánta actitud de bien podrías haber generado y has dejado de generar hacia tus compañeros / clientes / proveedores?
-       ¿Qué has conseguido con tu actitud hacia tus compañeros / clientes / proveedores?
-       ¿Qué piensas de ti mismo por la actitud que has desplegado?
-       ¿Qué has aprendido de tus compañeros?

¿Te imaginas que los Directores Generales y los responsables de RRHH toman de verdad y en serio esta “necesidad”? Te propongo que dejes de imaginar y comiences a ser valiente,  comienza a desarrollar comportamientos virtuosos y ejemplares de AMOR hacia los que te rodean en el día a día. Si eres parte del problema, eres parte de la solución.

Comienza a dar AMOR en la empresa, lo necesitas. ¡Lo que es bueno para las personas, es bueno para las empresas!

jueves, 28 de junio de 2012

Gratitud y Humildad

Hoy por hoy, la Gratitud es la menos practicada de las "disciplinas actitudinales" o virtudes humanas. Sí, la considero una "disciplina actitudinal", al igual que la Humildad (con "h" minúscula). Dos actitudes y comportamientos vituosos que nos engrandecen como personas y que deberíamos "entrenar" más a menudo y con mayor intensidad. Tristemente, las que practicamos en exceso y además de mala manera y con mal estilo son el “egoísmo” y el “esto me lo deben”.

Con este post, quiero hacer un sencillo, llano y humilde homenaje de gratitud a todas las personas que me regalan parte de su tiempo escuchando las conferencias que ofrezco, acudiendo a las formaciones que convoco o participando en cualquiera de las actividades que promuevo.

La GRATITUD es reconocer la generosidad de los demás. ¡Gracias por vuestros comentarios! Con vuestros mails y mensajes, me animáis a seguir ofreciéndoos lo mejor de mí mismo.

La HUMILDAD bien entendida, pasa por decir la verdad de uno mismo, tanto lo brillante como lo oscuro. En este sentido, con cada comentario vuestro que recibo, hago un esfuerzo en buscar en mi interior  algo que mejorar para ofreceros el beneficio de ese crecimiento.

Yo os quiero hacer un comentario que os regalo desde el corazón, con toda mi sinceridad: Os admiro, sois verdaderos héroes por estar día a día afrontando la adversidad, dedicando vuestro esfuerzo para seguir llevando aliento a vuestros compañeros, jefes, equipos, socios; a vuestras casas, parejas, mujeres, maridos, hijos, padres, hermanos, amigos. Vuestro trabajo es necesario, mucho. Yo sólo quiero manteneros con la “moral alta”, me he comprometido a ello, para que entre todos logremos salir delante de esta adversidad cuanto antes. Lo necesitamos todos, nos lo merecemos

Ahora, comparto con vosotros lo que vosotros mismos me decís:

Conferencia: “Lo que de Verdad Importa en un Profesional-Persona”
  • Recibe mi más cariñosa felicitación por tu conferencia. Llenazo hasta la bandera, y nadie se movió hasta el final. Muchos lo desean y muy pocos lo consiguen como tú. Admirable. La razón que, desde mi punto de vista, hay detrás de todo ello, es que cuando comunicas lo haces desde el corazón, y eso no se puede aprender, ni se puede copiar, sale desde dentro de cada uno cuando existe, como es tu caso. Enhorabuena. Eres un ejemplo a imitar desde el interior de cada uno. Sigue así no cambies. Mantén el coraje de decir aquello que todos queremos oír, y que además nos gusta oír, pero que nos da miedo asumir, porque el cambio que propones no es un camino fácil. Tu labor es dura, pero no por ello menos gratificante. Con que hayas conseguido que solo uno o una de los asistentes a tu conferencia de ayer tarde, se haya puesto las pilas para ser mejor persona desde hoy mismo, ya habrá merecido la pena la conferencia. (Guillermo Sebastián – Coach Ejecutivo y miembro de AECOP)
  • Querido Borja: Gracias. Empiezo así porque las palabras que transmitiste ayer con tanto cariño me han llegado al corazón y han despertado en mi algo que estaba dormido desde hace tiempo y gracias a Dios seguía latiendo en mí. Hace unos meses que me hago esta pregunta, ¿qué estoy haciendo en este mundo? Cada día tienen lugar conversaciones, encuentros, sensaciones, pensamientos, cada palabra que emitías me recordaba esta pregunta, una y otra vez… lo supe cuando explicaste el pensar, sentir, decir y hacer de cada persona… ahí me encontré conmigo misma. Sentí un escalofrío tremendo cuando escuché las palabras integridad, ruptura interior, paz interior,… nos invitaste a hacer una reflexión sincera con uno mismo, casi una Confesión. Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, una sonrisa automática se ha mostrado en mí, ahí estaba pegado en la mesilla el corazón que me ha recordado las ganas que tenía de ir a la oficina, sería mi carta de presentación. He llegado antes de tiempo porque tenía tantas ganas de leer tu blog, y para más suerte encontrar el primer artículo y leer las que fueron ayer tus palabras. Esto me ha ayudado, no sabía muy bien cómo transmitir todo lo que ayer me hiciste recordar y sentir, así que lo he compartido con mi compañera y lo hemos leído juntas. Me ha dicho: ¡Esto hay que entregárselo a todos!, y se le ha ocurrido ponerlo en el tablón del "office", ha pinchado tu artículo en el corcho. Ha pasado un rato y he ido al baño, en el espejo he visto el corazón pegado en mi vestido, seguía sin saber explicar su significado, y se me ha ocurrido pegarlo en el artículo. El corazón llama la atención, espero y deseo que mientras que alguna persona necesite un "break", mire el corazón y se anime a leer el artículo para encontrarse consigo mismo, hoy he visto más de una mirada de amor salir del cafetín. De nuevo, gracias Borja, este camino seguro que nos conducirá a la luz. (I.T.S – Sector Utilities)
  • Asistí a la conferencia sobre el AMOR en la empresa y quedé absolutamente impresionado sobre como plasmaste lo que todos pensamos y no hacemos. (Alberto Rodriguez – Auriga)
  • Gracias una vez más por la charla de ayer. A pesar del calor y de la cierta incomodidad de la sala, el fondo de lo tratado compensó de sobra. Enhorabuena. (José Ignacio Caballero – El Corte Inglés)
  • Excelente... tan clara, tan humana y contundente, nos "tocó" a cada uno de loq que allí estuvimos. Gracias Borja, multiplicaremos tus palabras en nuestro entorno familiar y laboral. Gracias AIP -Asociación Impulso Profesional-, llevaremos el "corazoncito" para recordar y no olvidar (Janet Gaby Castaño)
  • Creo que hiciste una presentación muy estimulante para la audiencia, con una exposición nítida de unos valores en los que los que estábamos allí, creíamos. (…) tu convencimiento y la humildad con que hiciste tu exposición (...) te felicito porque no solamente das una conferencia, sino que lo que realmente haces es dar un testimonio, lo que es mucho más importante. (Angel Moraleda – Coach y Consultor)
  • (…) has estado fenomenal. He salido con más energía y ganas de "ser bueno"; pues a pesar de que desconozco el mundo empresarial decías cosas que creo que son POLIVALENTES a todas las profesiones. (José Vicente – Guardia Real)
  • (…) tienes mucha fuerza interior, emites mucha luz, brillas, muestras perfectamente el camino, tu contenido está muy bien estructurado, y tu toque de humor te da la pincelada de genialidad que hace que tu charla sea absolutamente distendida y muy ligera. No empachas, justo al contrario y consigues que el oyente esté pendiente de ti. Llegas directamente al corazón. Transmites con mucha pasión y como ponente te haces querer, lo cual es muy coherente con tu discurso. (Nuria Iglesias Alsina - Emprendedora)
  • ¡Quiero felicitarte por tu ponencia que nos tocó, creo a todos!  Mi marido me expresó que le llegó tu mensaje, le sirvió en su  propia vivencia profesional y puedo decirte que es muy exigente. ¡Gracias Borja por tocar nuestros corazones y despertarlos! (Sara Cobos – Fundadora de AECOFAM)
  • Fue un placer conocerte, disfrutar de tu magnífica presencia y ponencia. Me alegra mucho saber que alguien como tú, que está en un gran nivel de ejercicio profesional de coaching, lo hace desde el corazón y el amor... lo malo habría sido lo contrario. Así que de verdad me alegro por ti, por tus clientes y por el mundo... es necesario que vayamos todos por ahí. (Alejandro de la Vega – Empresario)
  • Quería darte las gracias, (…) para mí ha sido de lo más valioso y auténtico que he escuchado en el encuentro. Quizás porque para mí la autenticidad es un valor que aprecio. Me he sentido muy cerca de tu visión del coaching centrado en la persona del profesional, su integridad y trabajo personal. Yo también soy creyente y católica practicante,  y para mi la persona es terreno sagrado, hay que descalzarse antes de pisar en él, pues podemos ensuciar y hacer daño, creyendo que con unas herramientas y unos tests ya estamos preparados para colocarnos al lado de la persona que nos pide ayuda. (Susana Baño – Coach y Empresaria)
  • Mi madre, mi tía y mi prima, estuvieron este lunes en su conferencia sobre la necesidad del Amor en las empresas, hablando maravillas de la misma. He visitado su blog, y es interesantísimo. Quiero darle las gracias por tener la valentía de anunciar el Amor (…) el cual es tan grande que se adapta a todos los medios sociales humanos. También felicitarle por su trabajo (Cesar Sánchez Canencia – Estudiante)
  • Me ha impactado lo sencillo, útil, aplicable y motivador que es el mensaje que nos has dado. Cuando los Directivos y los responsables de RRHH y Formación de las empresas, se den cuenta de lo necesario que es cuidar estos aspectos de la persona, estarán contribuyendo de verdad a fortalecer el valor de sus profesionales y lo que pueden hacer por sus empresas, sobretodo en un momento tan complicado como el que atravesamos. ¡Hacen falta más como tú! ¡Enhorabuena por tu trabajo!” – (Abel Gibert Espinagosa - Socio de Seeliger y Conde AMROP)
Vosotros y otros muchos como vosotros sois la razón de mi esfuerzo. Yo soy el que os da las gracias, de corazón, con humildad y profunda gratitud, por vuestro tiempo y atención.
Ya sabéis dónde me tenéis. Un abrazo lleno de afecto.


miércoles, 20 de junio de 2012

El AMOR es necesario en los profesionales de empresa

Para abordar este tema, lo primero que quiero es invitarte a que cuando leas este artículo dejes al margen cualquier tipo de interpretación romántica de la palabra y abras tu mente a una nueva perspectiva, más profunda, constructiva y posibilista en las relaciones con las personas que conforman tu día a día profesional. A partir de ahora, cuando hablemos de amor y/o de amar, lo haremos teniendo en cuenta la definición que hace Jorge Bucay en su libro “Cuentos Para Pensar” y que dice así: “Amor: La desinteresada tarea de generar espacio para que el otro sea el que es” –y añado- desde el pulcro respeto hacia uno mismo y el “legítimo otro”, todo ello desde la madura responsabilidad, la sobria rectitud y los valores universales por bandera.
Una definición que se sustenta, entre otros, sobre dos grandes elementos clave como son la aceptación del otro y la generosidad personal para ser flexible y permitir y favorecer espacios que fomentan que esos “legítimos otros” se desenvuelvan sin miedos, algo que requiere de una gran capacidad de comprensión.

Estamos llamados, como jefes, directivos, compañeros o colegas profesionales a generar el espacio para que nuestros colaboradores puedan ser quiénes son y se atrevan a mostrar todas sus cualidades y todas sus posibilidades, tanto en lo que a habilidades y capacidades, como en lo que a aspectos de mejora individual y “sombras” se refiere, y ello -casi- sin esperar nada a cambio. Sólo cuando generemos dicho espacio, cualquiera de nosotros –profesionales todos- lograremos que otros compañeros o colegas se atrevan a mostrarse con lo que traen y, en dichos contextos, lejos de juzgar o ser juzgados y etiquetar o ser etiquetados, se sientan y nos sintamos respetados, y se atrevan  y nos atrevamos todos a pedir ayuda para mejorar y seguir mostrando nuestros brillos.
Cuando amamos a nuestros compañeros y les vemos como “legítimos otros”, y ellos nos ven y tratan de igual manera, surge la admiración mutua que nos conduce a todos al aprendizaje continuado desde el talento y la creatividad compartida. Es así cuando el equipo en el que estamos integrados adquiere sentido de existencia y sus miembros encontramos un espacio de crecimiento y verdadero desarrollo personal y profesional en la organización, que está formada por personas que ofrecemos a otros integrantes la reciprocidad de disfrutar el sentido de pertenencia.

Las personas que damos vida a las empresas, debemos estar en permanente apoyo y respaldo del aprendizaje y crecimiento de nuestros compañeros, algo que nos retornará como un generoso y positivo boomerang tarde o temprano. Fomentar el desarrollo de nuestros colegas para aprender con ellos y de ellos, se convierte entonces en una herramienta clave de incremento de calidad con beneficio en lo profesional. Cuando yo favorezco el crecimiento y desarrollo profundo de un compañero, otro favorecerá mi crecimiento y mi desarrollo profundo y, con esta mejora recíproca entre compañeros, generamos entre todos un bienestar que redunda en un ambiente de trabajo positivo en el que todos rendimos más, haciendo de nuestras empresas –esas que nos pagan las nóminas- organizaciones sanas, fuertes, competitivas e innovadoras.
Esto tan apetecible y fácil de comprender, queda pulverizado en la realidad por una variedad de individualismos, “yoismos”, irresponsabilidades, inseguridades, egolatrías, revanchas, resentimientos, envidias, celos, miedos, complejos, “no es mi problema”, luchas de poder y codazos, todos ellos encaminados a conservar o llegar antes que el de al lado a un “status” intangible considerado por todos como “éxito”.

¿Es “éxito” lograr un objetivo forzando tu equipo hasta el despido interior, liderándole desde la incomprensión, la media-información, el apropiamiento de trabajo ajeno o la actitud dominante y la imposición?, ¿es “éxito” zancadillear a compañeros con quirúrgica sutilidad para lograr una medalla, evitar un despido o hacerse con una promoción?, ¿es “éxito” boicotear un liderazgo sólo porque tenemos otro punto de vista y fuimos ninguneados desde otro ego mayor que el nuestro en algún momento de nuestro pasado? Para mí, esto, lejos de ser “éxito” es el más estrepitoso de los fracasos, fruto del miedo; lo contrario al amor. Entiendo que esto quedaría reducido a mínimos si la honestidad individual y la humildad bien entendida –que pasa por reconocer y decir la verdad de uno mismo, tanto en lo bueno como en lo menos bueno- la tuviéramos más interiorizada, nosotros, los que trabajamos en las oficinas del mundo.
Cuando incorporemos en nuestras vidas profesionales la capacidad de amar con sano y pulcro respeto hacia todos nuestros compañeros, comulguemos con ellos o no, tomando conciencia de nuestras perspectivas y comprendiendo las suyas –sin necesidad de compartirlas-, cuando tomemos conciencia de que nuestras acciones y actitudes impactan en ellos (para bien y para mal), cuando nos mostremos transparentes y honestos en la puesta en juego de nuestras capacidades y habilidades, cuando asumamos la responsabilidad individual de nuestras conductas y seamos limpios de intención en cada una de las interrelaciones personales que tenemos, cuando nos mostremos ante los demás sin dobleces ni manipulaciones o agendas ocultas, será cuando estaremos “arreglando” de verdad el destrozo existente.

Es habitual que, ante la elección de hacer el bien dentro del equipo contribuyendo a su fortalecimiento y fomentando un espacio de desarrollo desde la individual ejemplaridad con nuestro amor por los demás -en el que buscamos el bienestar emocional del otro-  o exponernos a ser arrollados por frías ambiciones y, por ello, entrar en defensa con ataques antes de que nada suceda o de que cualquier amenaza llegue a ser real, tendemos a escoger la segunda opción, logrando ambientes de trabajo tóxicos, bloqueantes y generadores de un terrible desgaste emocional.
Abundando en esto, traigo a colación un adagio que reza así, «El bien no hace ruido; el ruido no hace bien», y es que esto que defiendo pasa por iniciar ya la mejora individual y nuestra aportación de esa mejora al equipo. Lo que acaba sucediendo es que nos decidimos por dejarla para más adelante porque ahora no encaja con los propios planes personales, ya que es más “importante” alimentar el ego, la ambición, el “sálvese quien pueda” o el “yo primero” por encima del “nosotros importamos”, “nos necesitamos unos a otros”, “contribuyo a que mi equipo y todos en él estemos mejor” o “entre todos lo estamos consiguiendo”. La falta de amor en este sentido genera “ruido”, mucho, y esto nunca podrá generar bien, ni en la persona, ni en el equipo, ni en el departamento y, por supuesto, ni que decir, en ninguna organización que se precie.

Lo grave, a mi juicio, es que esta actitud y forma de desenvolvernos que desplegamos dentro de nuestros ámbitos de trabajo, nos ha llevado al caos. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que todos y cada uno de nosotros somos responsables de “lo mal que está la cosa”. La siguiente idea lo explica con claridad cristalina: Las personas fueron creadas para ser amadas y las cosas fueron creadas para ser utilizadas, y sin embargo, estamos amando las cosas (despacho, coche, bonus, beneficios sociales, promociones, etc) y estamos utilizando a las personas (compañeros, jefes, subordinados, colaboradores) para alcanzar nuestros “egoístas” objetivos. Lo vergonzoso es que todos nos quejamos y muy pocos hacemos algo por modificarlo. ¡Menudo coste humano de no calidad humana!
Todos y cada uno de nosotros, nos pasamos la vida racaneando nuestra capacidad de amar, y lo que hacemos es contribuir a que “la cosa” empeore. Asume que cada uno de nosotros somos “cosa” y juntos damos sentido de existencia a “la cosa” de la que tanto nos quejamos. ¡Tengámoslo presente, somos responsables de este caos!

El amor en el trabajo, se den las circunstancias empresariales que se den y estemos en el contexto económico en el que estemos, da igual, nos permite traer a la superficie y mostrar aspectos de nosotros mismos que seguro sorprenden para bien a nuestros compañeros, además de que genera en nosotros mismos un espacio individual desde el que podemos responder a los acontecimientos de una forma más útil y valiosa para todos, abriendo un nuevo camino hacia la mejora de “la cosa” –de la cual somos miembros titulares-. La “cosa” va a mejorar cuando cada uno de nosotros mejore en amor y actitud hacia los demás dentro del ámbito profesional. Desde ahí, podremos exportarlo con satisfacción a nuestras casas, transportándolo debajo de nuestra propia piel y desde ahí vertiéndola en nuestras familias y luego desbordándolo a la sociedad de la que formamos parte y de la que tanto nos quejamos. Ya basta de “dobles personalidades”, la del trabajo y la del ámbito particular. Seamos honestos y coherentes con nosotros mismos y amémonos con todo lo que traemos, lo bello y lo oscuro, y desde ahí, comencemos ya con nuestros compañeros y equipos, los de la empresa, donde nos pasamos dos tercios de nuestra vida.
Que yo sepa, las empresas que tienen mejor clima laboral o tienen la vitola de “Best Place to Work” están formadas por personas que aman y cuidan a sus compañeros desde la madurez de desempeñar con amor las responsabilidades de su puesto de trabajo; están orgullosos de “ser” de esa empresa, en vez de “tener” un trabajo en esa empresa.

El amor del que hablo, va a entrar en las empresas cuando personas como tú y como yo nos decidamos a fomentarlo sin pausa y con cierta premura. Nadie lo va a hacer por ti y si esperas que otros comiencen primero para luego comenzar tú, confío en que esos otros no esperen lo mismo de ti, porque si no, apañados vamos.

Un abrazo.

P.S: Te recomiendo leer también: www.borjacoach.blogspot.com.es/2012/08/si-la-virtuosa-actitud-del-amor-cabe-en.html




martes, 24 de abril de 2012

Rubén y José Luis. Adversidad y generosidad.

Hoy, 23 de abril, llegaba a una sesión de coaching. Eran las siete menos cuarto de la tarde. Al quitarme el casco y ponerle el cepo a la moto se me acerca un hombre bien afeitado, con buen aspecto, vestido de sport, jersey marrón oscuro Lacoste de cremallera alta, náuticos Timberland, vaquero de buena tela. Su cara estaba desencajada, las ojeras delataban su cansancio, su manera de hablar ponía de manifiesto que acumulaba tensión.

Estaba frente a la entrada de un hotel perteneciente a una cadena internacional de mucho prestigio. Podría ser cualquiera de los huéspedes allí alojados. Con educación se me acerca para pedirme ayuda, me pareció un turista con la lógica desorientación de estar en una ciudad a la que acabas de llegar.

¿Podrías ayudarme? –me preguntó-. Por supuesto, ¿qué necesitas? Hace cinco días que duermo en la calle en los cajeros, ya me han dado una paliza y un extranjero casi me raja con una botella rota. Me llamo Rubén Apellido Apellido. He estado trabajando como autónomo hasta hace un año, pero las cosas se han puesto muy cuesta arriba. Mi padre tiene Alzheimer, lo han desahuciado por impago de la hipoteca y yo me he tenido que ir a la calle. Mis hermanas se están peleando por la herencia de mi madre y además hoy no he comido.

En sus ojos tristes había nobleza, su mirada era veraz, sujetaba la mía. Me trataba de Ud. con un respeto exquisito. Este hombre sano, de unos 40 años, rezumaba educación y la adversidad le ha golpeado.

En cuanto acabe una reunión que tengo, salgo y a ver en qué puedo ayudarte –me comprometo con él-. Espero que te vaya bien en la reunión –me dice-.

Una hora más tarde y a la salida del hotel, le busco y hablo con Rubén. Me cuenta algunos detalles más… y me pide que le ayude a localizar una pensión para dormir tranquilo. Con el móvil en mano empezamos a buscar. Noto que se relaja. No encontramos nada.

Espera –le digo-, voy a entrar dentro a ver si con uno de los PC logro encontrar la pensión que me dices. Después de un rato bastante largo, me doy por vencido. Me levanto del punto de internet, y pregunto por el jefe de restaurante.

Buenas tardes, ¿cómo te llamas? –le pregunto-. José Luis, me responde un poco expectante. Sé que lo que te voy a pedir es atípico –continúo-, va contra la normativa de los hoteles y os lo tienen prohibido. José Luis, me miraba como si fuese un marciano. En pocas palabras le explico el encuentro con Rubén delante de la puerta del hotel.

Te pido por favor que con algo que os sobre en la cocina, me prepares un bocadillo o similar para que este hombre pueda cenar hoy. No logro ayudarle con lo que me pide y me gustaría al menos que tuviera algo qué llevarse a la boca. Si hace falta que te lo pague, me lo dices y lo hago encantado –añado-.

A los pocos minutos salgo y veo a Rubén con una mochila de Decathlon a la espalda; me voy hasta él. Le entrego una bolsa con lo que Jose Luis y un compañero suyo de cocina habían preparado y me disculpo por mi ciber-torpeza. Rubén me agradece el gesto. Me subo a la moto y pienso. ¡Nunca he tenido tan cerca la adversidad, ni la generosidad!

Al llegar a casa, le cuento a mi mujer lo sucedido. ¡Reina, hoy he visto cara a cara a la adversidad… y también he conocido a la generosidad! Hoy tengo muchas razones para dar gracias por todo lo que tenemos, por todo lo que hacemos y por lo afortunados que somos pudiendo apoyarnos mutuamente en momentos de adversidad.  

Ahora mismo y de corazón, sólo deseo que Rubén encuentre solución a su problema, que José Luis sepa conservar su generosidad para ayudar a otras personas y que si esto me vuelve a suceder, pueda ser más rápido de reflejos para aportar más y mejor ayuda. Me he quedado a mitad de gas.

Hoy he aprendido que cualquiera podemos necesitar ayuda; que un revés nos puede llegar a cualquiera en cualquier momento; que una mirada directa, limpia y noble vale mucho; que un gesto de generosidad alimenta dos sonrisas, la del que da y la del que recibe; que ser humilde y natural da credibilidad; que la vida está llena de situaciones que nos ponen a prueba, tanto por el lado de la adversidad, como por el lado de la generosidad, y que debemos estar a la altura de los valores que demandamos; que la gratitud es reconocer la generosidad del otro… y que tenemos y podemos ofrecer mucho más de lo que ofrecemos.

Hoy me he dado cuenta que puedo mejorar como persona. Gracias, Ruben. Gracias José Luis.

Un abrazo.