martes, 18 de agosto de 2009

Me lo digo... ¿Te lo dices?

Aún queda mucho por hacer, mucho por recorrer, mucho por suceder, mucho por aprender. Sé perseverante. Aunque a veces tengas dudas, mereces cosas buenas, claro que sí, …claro que las mereces, y van de camino hacia ti. Deja de esperar, ponte en acción, continua en el perseverar, ponte en frecuencia de recibir, todo te llegará, esa es la manera de pulverizar tu ansiedad. Eres un ser único e irrepetible y eso te hace excepcional, eres un ser genial; sólo por ello, mereces lo mejor.

Cuando el cansancio te invada, considéralo normal, detente y tómate un respiro, tan largo como precises y tan breve como convenga. ¿Tienes tu objetivo claro?, entonces pon tu energía en él y esfuérzate en vivir el presente absoluto, donde todo sucede siempre por primera vez y los miedos desaparecen porque está permitido equivocarse. Y continua dándote aquello que te genera bien-estar para estar bien por duplicado; por un lado porque te proporciona una sensación de serenidad duradera en el tiempo, por otro porque podrás compartir esa sensación con los demás, y eso te hace grande, te convierte en doblemente generoso, para ti y para los otros.


Ten siempre una sonrisa dispuesta para reglar, por difícil que pueda ser el momento que atraviesas, siempre hay quien está peor y merece tu sonrisa, le animarás; y si encuentras alguien que está mejor que tú, regálale la misma sonrisa, que vea que estás feliz en el presente; recuerda, estás aprendiendo, dale la oportunidad que aprenda también de ti. Deja de compararte y deja de juzgarte. ¿Para qué lo haces?, sé consciente de lo mucho que te frenas si piensas así. Tu llevas tu propio ritmo, ni es mejor ni peor, ni es rápido ni lento, …es simplemente tu ritmo. Si te queda algún re-sentimiento, deja de “volver-a-sentir” aquello que tanto de dolió. Cuando te liberes de esa repetición emocional empezarás a notar la liviandad del fluir. Sé original, vuelve a los orígenes. Tu alegría es motivo de alegría, tu tristeza es motivo de tristeza …¿qué quieres que se lleven de ti?, ¿qué huella quieres dejar en todos los que te rodean? …entonces sé consecuente con tus actos y recuerda que la felicidad es el estado natural del ser humano, ¡contágiala!


¿Y tu autoestima?, ¿y la de los demás? Pregúntate cómo y quién sería esa persona con la que te cruzas si le faltase la adulación que recibe de los demás y en ocasiones también busca para justificar su autoconfianza, …y pregúntaselo también a tu propia persona, a ver qué respuesta te das. Fomenta tu propia lealtad, dite “Sí” más a menudo; cultiva tu auto respeto y se responsable de tus actos. Dejarás de temer la derrota cuando dejes de querer la victoria. Haz las cosas con nobleza y con intención limpia dando lo mejor de ti, es la mejor manera de que salgan y que además salgan bien, y si se atascan es que tenía que ser así, agradécelo.


Cuando tengas una satisfacción, compártela y será el doble; cuando tengas una pena, copártela y será la mitad …y en el camino crea espacio para que los demás puedan crecer en buena compañía, la que ofreces. Sé exquisito con tus palabras ya que con ellas puedes hacer mucho daño o mucho bien; deja de tomarte las cosas personalmente o es que eres más importante que el resto; evita juzgar gratuitamente, indaga antes, y evitarás que te juzguen, y haz siempre el máximo que esté dentro de tus capacidades.


Cuando dejes de crecer, habrás muerto, mientras tanto, vive, vive a tope el presente, ten presente tu objetivo, está ahí para que lo alcances, y acuérdate de ser quien eres y de continuar descubriéndote, hazlo día a día.