domingo, 18 de octubre de 2009

Auto confianza o el arte de confiar en uno mismo.

…y sucede que cuando uno comienza un nuevo camino o un nuevo viaje, cuando finalmente decides hacia dónde pones tu brújula de vida, te asaltan las dudas, muchas dudas. ¿Es esta la senda adecuada que me lleva a donde quiero?, …y más aún, ¿tengo claro donde quiero ir?, ¿tendré el valor de enfrentarme a los avatares que por sorpresa puedo encontrarme en este nuevo viaje?, ¿llevo la experiencia y las herramientas necesarias para afrontar este reto? …y comenzamos a atormentarnos hasta límites insospechados, …y todo por comparar y juzgar el presente, lo que nos sucedió en anteriores ocasiones o lo que nos inculcaron desde pequeños, con nuestro verdadero sentir más auténtico y profundo. Y lo cierto es que sabemos que podemos, sabemos qué es lo que nos mueve y motiva, sabemos que es lo que más nos hace desplegar todo nuestro potencial, …y es algo tan simple como la confianza en uno mismo, es decir, la capacidad de fiarme de mi mismo y de saber que soy capaz de confiar en mis recursos y capacidades. La capacidad de abrirme al aprendizaje, la capacidad de rectificar, la capacidad de ayudar, la capacidad de ser humilde, la capacidad de dar, …de dar lo mejor de mi desde el convencimiento de que estoy en el camino que quiero, la capacidad de asumir un “precio-dolor” o un “precio-incomodidad” para llegar a mi objetivo, ese que me da la vida. Esto se parece mucho a cuando comenzamos un viaje que nos ilusiona pero desconocemos lo cómodos o incómodos que estaremos mientras permanezcamos en el camino.

En estas situaciones la tan ansiada auto-confianza parece que se resquebraja y lo único que pasa es que se nos olvida entenderla como un simple proceso de averiguar las zonas más frágiles de nuestras capacidades, unas grietas que podemos reparar con masilla de compromiso, esfuerzo y aprendizaje, actitud positiva y agradecimiento por la oportunidad que tenemos ante nosotros de aprender. Mientras todo lo demás está en orden, las grietas pasan desapercibidas pero cuando nos salimos de la rutina y nos metemos en situaciones novedosas con respecto a lo que era una vida establecida, descubrimos áreas de autoconfianza que precisan de refuerzo, …y es precisamente ahí donde está el punto de partida para el crecimiento que hemos escogido afrontar y que nos llevará a que nuestro sueño se torne en una magnífica realidad.

En otras palabras, si te ves ante una grieta de tu autoconfianza hazte la siguientes preguntas: ¿qué necesita mi autoconfianza para ser fuerte en este aspecto que flojea?, ¿qué precio de aprendizaje estoy dispuesto a pagar?, ¿en qué medida la lealtad a mí mismo y mis metas me aportan camino hacia mi autoconfianza?La auto-confianza nace de uno mismo, de su propia capacidad de transformar un problema en un reto y de tomar la respons(h)abilidad de los actos propios. Es decir, nace de la capacidad de dar el responso (respuesta) habile (hábil) a una situación dada. Buscar la auto-confianza en los demás es como entregarle al otro la potestad de que decida si ese día existes o dejas de existir. La auto-confianza es tuya y sólo tuya.

¡Tu autoconfianza te ha llevado hasta dónde estás!, con más o menos tropiezos, con más o menos fortuna; …y si tienes dudas de tu persona, mira hacia atrás y haz un recuento de las cosas que has llevado a cabo en tu vida, los proyectos que has acometido, los títulos que has logrado, las situaciones que has superado, las decisiones que has tomado, las alegrías que has compartido y la cantidad de ayuda que has ofrecido desinteresadamente …siempre creyéndote capaz de ello.

Ah, y lo más importante, ¡¡¡quiérete bien!!!, date aquellas cosas y momentos, aquellos espacios mentales y situaciones que te generen bien-estar para estar bien con tu persona y tu existir. Permítete olvidar errores (perdónate) y acéptate en la incertidumbre con serenidad (confía en ti desde la serena ambición). Estoy seguro que te sentirás capaz de mucho más de lo que ahora mismo crees, estoy seguro que habrás crecido en autoconfianza.

Octubre de 2009.
B.M.B.O.

El Miedo

Suena el despertador y te acuerdas que debes olvidar lo que pensaste ayer, te acuerdas que debes olvidar que fuiste lo que nunca te has atrevido, te acuerdas que puedes ser lo que aún te falta imaginar, y te da miedo, lo has olvidado ¿cómo se hace eso? …y te niegas, una y otra vez, y te obligas a vivir sin eso que tanto te llena, tu autoestima, y por temor a que se escape de tu alcance, ese objetivo, esa ilusión, ese motor, te quitas la oportunidad y te dejas en el miedo, ahí, despojado de ti mismo, …y lo mejor es que sabes que puedes, …pero no quieres, …eso es, no quieres, …pero sabes que puedes, …¡el miedo te vuelve a dominar! …ya es tu consejero, tu carcelero, tu peor compañero, el más duro de los cancerberos …y has caído en su trampa… y es cuando miras hacia atrás cuando te das cuenta de lo mucho que incluso has avanzado y al volver a mirar hacia adelante ves lo que aún queda por recorrer, y te preguntas si serás capaz, …y dudas, pero algo te dice en voz bajita, …sigue, …ánimo, …mantente en tu camino, conserva el esfuerzo, …y es cuando el miedo más te amordaza, te bloquea, te gobierna, toma posesión de ti, de tu voluntad …y caes en la huida, y te cuestionas si serás capaz, otra vez te lo vuelves a preguntar …te lo grabaron a fuego cuando jugabas en el parque y aún tienes la esperanza de borrarlo de tu código interior; …te ves superado por las circunstancias aunque casi siempre puedes con todo; ...he dicho casi siempre …y vuelves a preguntarte ¿será esto con lo que me falta poder, será que a mi capacidad de lucha le falta valor, determinación?, ¿será este mi talón de Aquiles, donde pierdo todo el coraje de reacción y me bloqueo, dónde soy incapaz de dar más de mí porque tengo miedo, una vez más, miedo a equivocarme, miedo a patinar, miedo a quedar mal conmigo mismo?, …y esa angustia me bloquea.

Tenemos miedo a nuestras luces, jamás a nuestras sombras; tememos brillar, destacar, lograr lo que queremos, alcanzar lo que soñamos, dejar atrás a otros por querer alcanzar nuestros sueños, porque en el fondo sabemos que está a nuestro alcance, y que si nos lo proponemos lo lograremos, …pero es que el esfuerzo nos apetece menos, …y por otra parte le agradeces a tu miedo que se haya plantado ahí, pues te ayuda a superarte, y te decides a ponerlo a tu lado en vez de tropezar con él por ponerlo delante; …y le reconoces su mérito, …gracias a él has aprendido a ser valiente. ¡¡¡Y eso es impagable!!! …¡¡¡tu miedo te ha ayudado a ser valiente!!!, ¿te das cuenta?

Cuando dejas de hacerle caso y decides actuar para ti mismo como si lo hubieras superado te das cuenta de que todo es más sencillo, más fresco, más auténtico, más natural, más divertido, descubres que las cosas son como las queremos ver y dejas de creerte lo que te dicen que debes creerte, y empiezas a creer en tí, y desde que sabes que puedes superarte sigues haciéndolo porque además, la vida te da razones para ello, y ves que progresas, reconoces tus avances, todos ellos gracias al miedo, y eso te hace más valiente, …y nace en ti ese sentimiento de orgullo personal que hace que tu auto concepto haya subido como la espuma, y te ves capaz …y es cuando llega el mejor de los momentos, cuando te reconcilias con tu miedo y le das las gracias por haberte enseñado con la sabiduría del maestro. Y dices, ¡¡¡¿¿¿miedo yo???, siempre!!! …gracias a él crezco y me hago valiente, es cuando le preguntas cara a cara, sin tapujos: ¿miedo, que te hace falta para disiparte? …y en el silencio de la serenidad te da su respuesta, y se convierte en la llave que te libera de tus bloqueos y te decides a darte el permiso de actuar y a seguir aprendiendo día a día desde tu autenticidad. ¡¡¡Miedo, gracias!!! Ahora ya sé que para ser valiente primero hay que tenerte y saber escucharte.

Un abrazo.
B.M.B.O. Septiembre 2009