Tenemos miedo a nuestras luces, jamás a nuestras sombras; tememos brillar, destacar, lograr lo que queremos, alcanzar lo que soñamos, dejar atrás a otros por querer alcanzar nuestros sueños, porque en el fondo sabemos que está a nuestro alcance, y que si nos lo proponemos lo lograremos, …pero es que el esfuerzo nos apetece menos, …y por otra parte le agradeces a tu miedo que se haya plantado ahí, pues te ayuda a superarte, y te decides a ponerlo a tu lado en vez de tropezar con él por ponerlo delante; …y le reconoces su mérito, …gracias a él has aprendido a ser valiente. ¡¡¡Y eso es impagable!!! …¡¡¡tu miedo te ha ayudado a ser valiente!!!, ¿te das cuenta?
Cuando dejas de hacerle caso y decides actuar para ti mismo como si lo hubieras superado te das cuenta de que todo es más sencillo, más fresco, más auténtico, más natural, más divertido, descubres que las cosas son como las queremos ver y dejas de creerte lo que te dicen que debes creerte, y empiezas a creer en tí, y desde que sabes que puedes superarte sigues haciéndolo porque además, la vida te da razones para ello, y ves que progresas, reconoces tus avances, todos ellos gracias al miedo, y eso te hace más valiente, …y nace en ti ese sentimiento de orgullo personal que hace que tu auto concepto haya subido como la espuma, y te ves capaz …y es cuando llega el mejor de los momentos, cuando te reconcilias con tu miedo y le das las gracias por haberte enseñado con la sabiduría del maestro. Y dices, ¡¡¡¿¿¿miedo yo???, siempre!!! …gracias a él crezco y me hago valiente, es cuando le preguntas cara a cara, sin tapujos: ¿miedo, que te hace falta para disiparte? …y en el silencio de la serenidad te da su respuesta, y se convierte en la llave que te libera de tus bloqueos y te decides a darte el permiso de actuar y a seguir aprendiendo día a día desde tu autenticidad. ¡¡¡Miedo, gracias!!! Ahora ya sé que para ser valiente primero hay que tenerte y saber escucharte.
Un abrazo.
B.M.B.O. Septiembre 2009
1 comentario:
Muy buen artículo, Borja. Fue una sorpresa para mí descubrir que el miedo es como el piloto que se enciende en el panel del coche cuando algo no va bien, por ejemplo, cuando comienza a faltar combustible. Y que no tener miedo es equivalente a ignorar ese aviso.
Norberto Levy, en su libro "Sabiduría de las emociones" (que recomiendo) describe el miedo como la percepción de que los recursos de que dispongo es inferior a los que necesito para resolver algo que considero una amenaza. El miedo nos dice que, para algo que percibimos como amenaza, nos faltan recursos (combustible en el ejemplo anterior).
Más que ignorar esa señal, preguntémosle, tal como explicas, "¿Qué recursos me faltan para esta amenaza?" Una vez escuchada la respuesta (y para ello el coaching es una herramienta excepcional), podemos dotarnos de los recursos (ponemos combustible) y el miedo, ya no necesario, desaparece.
¡Abrazos!
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