domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Amor en el trabajo? ¡¡¡Estás de broma!!!

¿Tiene sentido el amor en el trabajo?, ¿cabe el AMOR en el día a día profesional?, ...y si cabe, ¿qué tipo de AMOR es?

Escrito con humildad, desde la auto observación y tras un profundo proceso de reflexión, quiero compartir contigo lo siguiente:
Creo que el amor sí cabe en el trabajo y además es tremendamente necesario. Eso sí, entendiéndolo como esa "energía" que permite construir relaciones interpersonales respetuosas, sanas, enriquecedoras y leales, siempre en beneficio del rendimiento de las personas y los equipos. 

Desde mi perspectiva, la diferecia pasa por cumplir a fondo y con absoluto compromiso personal con lo que dice Jorge Bucay en su libro Cuentos Para Pensar. Bucay define el amor como: “La desinteresada tarea de generar espacio para que el otro sea el que es”. Una definición que nada tiene que ver con la pegajosa y rosacea interpretación que hacemos de este término y que a veces tan saturados nos tiene.

Es decir, trabajar con compañeros en proyectos y enfrentarnos a retos desde la aceptación absoluta y profunda del “legítimo-otro”. Tener presente que este "legítimo-otro" tiene todo el derecho del mundo a ser como es, con lo que trae y aporta a las relaciones interpersonales de trabajo; con sus experiencias, vivencias, valores, principios y costumbres, los cuales definen su cultura profesional y que aliña con sus miedos, modelos mentales y sistemas de creencias.

Estos elementos, recogidos dentro de un contexto de “generosidad y aceptación” desinteresada, y vivido desde la satisfacción de “darse al otro” con responsabilidad y criterio para servirle (servir viene de ser válido; ser útil), estaremos actuando como catalizadores del auto descubrimiento profundo e íntimo del otro, el cual puede poner rumbo hacia su “mejor versión”, es decir, el potencial que hay en él/ella y que una vez descubierto puede ofrecer a la organización contribuyendo a un incipiente cambio cultural corporativo.

Cuando en el ámbito profesional invertimos nuestro tiempo, generosidad y aceptación del otro, y lo hacemos con una actitud de grandeza de corazón, con limpieza de intención, sin expectativas ocultas y de forma recíproca, estamos contribuyendo a que el amor entre en las empresas. Favorecer el desarrollo del potencial del otro, de su autoestima para que alcance su mejor versión y que así pueda ofrecerla al equipo del que forma parte, es obrar con amor dentro de la empresa y para la empresa. Además, todo esto contribuye a que el ambiente de trabajo mejore y haga que las horas que nos pasamos en la oficina sean más enriquecedoras y productivas.
Amor en el trabajo es enseñar a tus compañeros a superarse en sus responsabilidades y quehaceres del día a día, generándoles espacio de crecimiento y desarrollo, en vez de mermárselo por exigencias desmesuradas, egos, soberbias o ambiciones desbocadas. Es poner por delante el "factor humano" y su desarrollo hacia la excelencia en vez de acabar sometiéndoles a una voluntad jerárquica sin autoridad pero con poder ambicioso. 

Amor en el trabajo es ir a ver al compañero o miembro del equipo para apoyarle, trabajar junto a él, mostrarle camino, facilitar aprendizaje de forma permanente. Amor es perdonar un error y contribuir a la reflexion de atención y/o actitud que le llevará a poner el 100% de sí mismo en la siguiente oportunidad de desempeño, reforzando su autoestima y el compromiso con el proyecto empresarial (¡¡¡bastante tendrá con aguantarse a sí mismo en decepción interna –en la mayoría de los casos- durante un largo periodo!!!); amor en el trabajo es, apagar el fuego del resentimiento, de la envidia de salario, despacho, coche o bonus, cortar por lo sano con dimes y diretes, chismorreos y "radio-macutos", fuegos en el corazón que nos arden por dentro y queman por fuera cualquier relación con nuestros compañeros ya que el ego, la soberbia y la desconfianza acaban sino tiñendo toda comunicación y por consiguiente interrelación.

Cuando hay AMOR en el trabajo, se percibe alegría en los departamentos y el rendimiento se incrementa. Los reveses se comprenden mejor y todos contribuyen a encontrar soluciones a los problemas que afloran. El AMOR es base fundamental de la existencia humana, columna vertebral de la autoestima y la seguridad en uno mismo… es clave para la existencia de ese espacio en el que “puedo ser el que soy”, en el que me siento aceptado y, sin que me juzguen y sin que tenga que demostrar nada, puedo equivocarme y/o acertar, teniendo en ambos casos la posibilidad de seguir creciendo gracias al aprendizaje que me llevo para lo profesional (y lo personal) de la mano de quien me ayuda a aprovechar dicha circunstancia de forma positiva. La generosidad verdadera se percibe cuando ese espacio es permanentemente nutrido, cuidado, alimentado y desarrollado por los compañeros de trabajo.

Es importante matizar y dejar bien claro que este AMOR al que me refiero, nada tiene que ver con un ambiente "flower-power" en la oficina. Todo lo contrario, implicará compromiso, respeto, responsabilidad, honestidad individual, excelencia, superaciuón, humildad, sentido de pertenencia, aptitud y finalmente actitud.

El único AMOR en el que yo creo vale para todos los ámbitos de la vida, incluso para el trabajo.

Un abrazo.


4 comentarios:

Esther Padilla dijo...

Don Borja, que alegría volver a leer sus artículos, para recordar que debemos dedicar un momento al día para reflexionar interiormente sobre las cosas acontecidas y por supuesto actuar con nuestro arte de pensar en positivo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola. Me ha gustado mucho este post. Sinceramente, en el trabajo lo veo prácticamente imposible. Porque en nuestra socidad, el triunfador, o, mejor dicho, lo que la mayoría siente como triunfador, no es el que respeta, el que ama, el que quiere, el que hace que llegues a ser mejor en cualquier ámbito de tu vida. El triunfador para nuestra sociedad es el trepa, el cara, el que gana dinero, el que no trabaja, el que pisotea, es aquel en el que 'el fin justifica los medios'. Lo veo todos los días en mi empresa....Y esto lo digo con pena, porque si de verdad se hicieran las cosas, ya no con amor, con respeto, este mundo sería otra cosa muy distinta...

Odile dijo...

Gracias Borja por este post valiente "Amor en el trabajo" y sí!! Comparto contigo que el amor "verdadero" es el cuarto, unos lo llaman "amor consciencia" que permite alegría y paz interna desde dónde no reaccionamos sino creamos, que permite ver que toda nuestra imperfección es nuestra perfección, y ver el equilibrio en todos los acontecimientos de nuestras vidas que sean "buenos" o "malos" nos sirven para crecer o evolucionar.
En muchas culturas cuando se habla de Amor pensamos en el corazón y encuentro el trabajo del Instituto Heartmath, http://www.heartmath.org, muy interesante.

Mercedes C. Servellera dijo...

Estimado Borja,
Efectivamente el Amor AL y EN el trabajo es la única vía para que el equipo humano de cada empresa rinda al máximo, y esta actitud se pueda valorar en los beneficios que rentúa.Pues si un equipo de trabajo opera hombro con hombro, hacia un mismo fin, la rentabilidad está asegurada en todos los ámbitos. Como bien dices, esto es extrapolable a todos los aspectos de nuestra vida: laboral y personal.Remar todos al tiempo y hacia la misma meta.
Creo que quien tiene que poner en práctica este Amor, en primer lugar es la Dirección de la Empresa. Cuidarla con Amor, y transmitir este amor a sus empleados: en el trato hacia ellos, deshaciéndose de cualquier tipo de competitividad negativa en los departamentos. Corrigiendo a quien la promueva y fortaleciendo el sentido de grupo con formación continua al respecto.
Aquellos que entendemos esta clase de Amor al trabajo debemos inculcarlo en las empresas, comenzando por el Líder, e ir transmitiendolo en sentido vertical.