Por suerte o por desgracia –depende de cómo lo veas- vivimos en una sociedad desarrollada inteligente pero que arrastra un gran lastre: la negatividad y el pesimismo actitudinal. Sin darnos cuenta nos hemos convertido en cómplices de “lo mal que está la cosa” por la manera en que encaramos los retos y las circunstancias que nos rodean. Ya nos hemos acostumbrado a escuchar y repetir incansablemente: “como la cosa no cambie, mal vamos”. Además, nos hacemos una y otra vez la misma pregunta: ¿Cuándo va a cambiar “la cosa”? Lo peligroso es que se nos olvida cuestionarnos lo más importante: ¿quién es “la cosa”? La respuesta es sencilla y escalofriante: todos y cada uno de nosotros somos “la cosa” y hacemos que “la cosa” esté siendo como está siendo. También hablamos de la cosa como algo ajeno que nada tiene que ver con nosotros.

Desde que somos pequeños vamos creciendo y construyendo nuestro modelo mental de forma inconsciente. Lo hacemos sobre la base de la educación recibida, ciertos mensajes aprendidos, experiencias adquiridas, y todo ello en contextos variados (familia, amigos, colegio, universidad, trabajo, etc). Estos inputs nos han adulterado la manera fresca y espontánea de entender y relacionarnos con lo que sucede (la palabra adulto viene de adulterado). “Esto que te digo es la realidad”, es una afirmación que nos han martilleado infinitas veces hasta que la hemos aceptado por agotamiento. “La realidad” es simplemente el consenso de las creencias colectivas, nada más. Tristemente, y por lo general, nos imponen una sola manera de interpretar las cosas, y en la mayoría de los casos en clave negativa y pesimista. Es terrible, pero funcionamos con un modelo mental que parte de creencias limitantes y de una “mala educación” para interpretar los hechos.

Al hablar en “no-negativo” negamos tres veces en la misma verbalización. Por ejemplo, ante la expresión “No te equivoques”. A) “NO”: Negación dirigida a la persona y su autoestima. B) “TE EQUIVOQUES”. Pone el foco en la acción desaprobada, y C) Oculta la solución: “HAZLO BIEN”.

Tras las conferencias de pensamiento positivo que ofrezco, pido rellenen un cuestionario para obtener feedback. Una de las preguntas que hago es: ¿Crees que tu empresa presta atención a estos temas? En una escala de 1 (nada) a 5 (mucho), lo habitual es 1 ó 2. También pido que puntúen la utilidad de la conferencia taller y lo habitual es 4 ó 5. Y yo me pregunto: ¿En qué estamos pensando dentro del mundo de la empresa para estar así?
Un abrazo.
Un abrazo.